Todo lo que
NO deberías acercar a tu vagina
"Hasta que no existan estos
productos para hombres, voy a seguir pensando que es pura misoginia”.
PorRachel Moss
04/10/2019
ElHuffPost
“El
cuerpo femenino se utiliza como arma en casi todas las culturas”.
Es una afirmación contundente, pero no
se puede esperar menos de la doctora Jen Gunter. Conocida como
la ginecóloga de Twitter, esta canadiense tiene fama de llamar a las cosas por
su nombre, ya sea para dar consejos de higiene íntima o para desmentir la
última recomendación de Gwyneth Paltrow.
Su trabajo se basa en una filosofía
simple: los cuerpos femeninos no son sucios y todo aquel que diga lo contrario
solo quiere sacarte el dinero u oprimirte, o ambas cosas.
“Esos expertos en bienestar
que venden aceite de serpiente solo buscan obtener beneficios y algunos de
verdad piensan que están haciendo algo bueno, pero solo promueven un mensaje
patriarcal”, explica Gunter a la edición británica del HuffPost.
“Están diciéndoles a las mujeres que
tienen que limpiar las toxinas de su cuerpo y utilizan un lenguaje patriarcal (puro,
limpio, natural...), utilizan un envoltorio diferente y lo transmiten como
feminismo, pero no es feminismo de verdad. Eso me fascina, pero también me
aterroriza.
La
industria de la belleza lleva mucho tiempo sacando partido de la vergüenza y
las inseguridades de las mujeres, pero la doctora Gunter advierte que la era de
las fake news está haciendo que la desinformación se propague más
rápido que nunca.
“Están todas esas influencers
dándote consejos como si fueran tus mejores amigas, pero lo cierto es que no
tienes ni idea de sus conocimientos o sus prejuicios”, señala.
Su nuevo libro, The Vagina Bible,
busca empoderar a las mujeres a través de una fuente fiable en temas que van
desde el sexo doloroso hasta la cirugía estética íntima. También habla de los
muchísimos productos que hay a la venta para la vagina y de por qué no deberías
comprarlos. Como adelanto de su libro, la doctora Gunter señala cinco objetos
que no deberías llevarte nunca a la vagina.
1. Jabones de higiene íntima y espráis
Los
jabones, geles de ducha y espráis que se venden como “productos de higiene
íntima” no solo son un gasto innecesario, sino que también pueden dañar tu
vulva y tu vagina, según asegura la doctora.
“Muchos de ellos llevan fragancias. La
piel de la vagina es más sensible a la irritación y las fragancias son un
agente irritante muy habitual”, explica.
“Además, algunas mujeres utilizan estos
productos por dentro porque muchas veces no utilizamos el lenguaje correcto, vagina y vulva se
emplean como sinónimos y no lo son, y al final ha quedado todo en
una zona gris. Si utilizas estos productos por dentro, dañarás tu ecosistema
vaginal y a todas las bacterias beneficiosas que tienes ahí”, advierte.
Estos productos también contribuyen a
perpetuar la idea misógina de que los genitales de las mujeres huelen mucho,
añade.
“Cuando venden jabones con olor a piña
colada o a frutas tropicales o lo que sea que estén inventando ahora para que
te lo pongas, están perpetuando la idea de que hay algo mal con tu olor natural
y humano”, critica la doctora Gunter, quien también señala que esta clase de
productos nunca se crean para hombres.
“¿Qué pasa? ¿Acaso el escroto huele a
rosas? Porque no es así”.
2. Duchas vaginales
Una
ducha vaginal es un tipo de limpieza que se hace del interior de la vagina con
agua y otras sustancias que van desde el vinagre hasta el bicarbonato de sodio.
Las mezclas que se venden por internet suelen venir en un bote o un envase
diseñado para dispararte el contenido dentro de la vagina, algo que la doctora
Gunter considera muy mala idea.
“Las duchas vaginales,
independientemente del producto utilizado, son a la vagina lo que el tabaco a
los pulmones, y así es como deberías empezar a considerarlas. Aunque no aportan
ningún beneficio para la salud, la gente las ha incorporado a sus rutinas de
vida sana”, se lamenta.
No hay ninguna prueba de que las duchas
vaginales sean beneficiosas y sí que hay muchas pruebas de que matan a las
bacterias buenas de la vagina y deterioran la mucosa, lo que provoca un
desequilibrio del PH vaginal.
“Se sabe que las mujeres que se hacen
duchas vaginales tienen un riesgo mucho mayor de contraer el VIH y gonorrea en
caso de exposición, ya que han eliminado su primera línea de defensa. Si te
haces duchas vaginales, aunque sean solamente con agua, estás aumentando el
riesgo de sufrir vaginosis bacteriana”,
sostiene.
La doctora describe la vagina como un
horno de limpieza automática. “Se limpia sola, no tienes que hacerle nada, ella
lo hace por ti”.
3. Supositorios de CBD
La industria global del
CBD (cannabidiol) está en alza y la última moda que ha salido es la
de los supositorios, una píldora pequeña preparada para meterla en la vagina.
Los vendedores afirman que el CBD alivia los dolores de la regla, pero la
doctora Gunter pide precaución.
“Hay muy pocos datos que avalen la
eficacia del CBD para mitigar el dolor, y cuando no hay datos, es muy fácil
abusar. Lo que sí sabemos es que cualquier derivado del cannabis diseñado para
introducirse en la vagina no ha sido científicamente testada, de modo que
conviene que prestes mucha atención a las advertencias de seguridad de la empresa”,
avisa.
“¿Qué pensarías si una parafarmacia te
vendiera una pastilla que no ha sido testada en un laboratorio? Con esto es lo
mismo, por eso le pido a la gente que lo vea desde esta perspectiva”.
Los pocos datos que tenemos de los
productos derivados del cannabis y la vagina sugieren que hay cierta relación
con el aumento de infección por hongos, añade la doctora Gunter.
“Existen pruebas realizadas con
animales que demuestran que estas duchas pueden afectar a los niveles de azúcar
en las células de la vagina, que es de donde se alimentan las bacterias”,
explica. Los cambios en la composición bacteriana de la vagina pueden provocar infecciones
por hongos (candidiasis).
Algunos productos con CBD contienen
THC, el constituyente psicotrópico del cannabis. “El THC se absorbe con
facilidad y puede colocarte. Me importa un bledo el consumo recreativo de la
marihuana, pero si no sabemos cómo afecta eso al ecosistema vaginal, hay que
andar con cuidado”, comenta.
4. Huevos de jade
La carta abierta que le escribió
la doctora Gunter a Gwyneth Paltrow en 2017 por sus huevos de jade
es la crítica más famosa que ha recibido su producto.
La empresa Goop de Gwyneth Paltrow recomendaba
que las mujeres se introdujeran huevos de jade en la vagina para fortalecer los
músculos con la premisa de que mejoraría sus relaciones sexuales y sus
menstruaciones. Sin embargo, acabaron pagando 145.000 dólares (132.500 euros)
en multas por una condena de protección del
consumidor.
Esta empresa sigue vendiendo huevos de
jade, aunque ahora no presume en el embalaje de sus supuestos
beneficios para la salud.
“Los huevos de jade son una estafa.
¿Por qué ibas a confiar en alguien que intenta venderte algo que está
demostrado que es un timo?”, reflexiona. Además, estos huevos están hechos con
un material poroso, lo que hace que sean difíciles de limpiar.
“Como no sabemos cómo limpiarlos, no
vamos a volver a meternos esas bacterias en la vagina y arriesgarnos a sufrir
el síndrome del choque tóxico. Si quieres fortalecer tu suelo pélvico, hay
muchos modos de hacerlo. Por ejemplo, puedes hacer ejercicios de Kegel
gratis”, propone.
Si insistes en utilizar pesas
vaginales, que sean productos que hayan superado controles de calidad médicos y
que estén hechos de silicona o plástico para que sean fáciles de limpiar.
“Algunos de esos productos son
sugerentes y los puedes incorporar a tu vida sexual. También puedes comprarte
un vibrador de gran calidad por menos de lo que cuesta un huevo de jade, y
probablemente será más beneficioso para tu salud sexual”, asevera.
5. Toallitas húmedas
Está
claro cuál es el objetivo de mercado de las toallitas íntimas. Suelen venir en
un envase con decoración floral y existen artículos y blogs que aconsejan a las
mujeres llevarse toallitas cuando van de acampada o asisten a festivales. La
doctora Gunter lo desaconseja.
“¿Por qué se comercializan estas
toallitas para las mujeres y no para los hombres? ¿O es que ellos no tienen
culo? Hasta que no existan estos productos para hombres, voy a seguir pensando
que es pura misoginia”, asegura.
Gunter argumenta que las mujeres se
limpian demasiado porque no dejan de recibir mensajes predatorios sobre su
impureza.
“Las toallitas provocan irritación en
la piel, incluso dermatitis. Los ginecólogos lo ven a menudo. La piel es una
capa protectora y cuanto más la frotes, más la vas a irritar”, argumenta.
¿Qué puedes usar en lugar de todo eso?
“Prácticamente todo lo que se compra
sin receta es innecesario. Soy ginecóloga, soy experta en vulvas y no utilizo
ninguno de estos productos”, señala Gunter.
En vez de esos productos, lo único que
utiliza es un limpiador facial para el cuerpo entero (incluida la vulva),
aceite de coco para hidratar la piel y lubricante de base siliconada.
Si te llama la atención un producto en
una tienda o por internet, investiga un poco antes de despilfarrar el dinero
que tanto sudor te cuesta ganar.
“Nunca deberías fiarte solamente de lo
que te dice el vendedor. Pregúntale al ginecólogo, al médico o al dermatólogo.
En mi libro abordaré todos los productos íntimos que puedes comprar sin
receta”.
Este artículo
fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido
del inglés por Daniel Templeman Sauco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario