¿Dios tiene
alma?
En Haití acaba de hacer un Pan como unas hostias, otra
gran chapuza que nos plantea la ingenua pregunta.
Se ha detectado
que entre sus obispos la carencia es muy notable. Veamos unos ejemplos.
El recién estrenado obispo de San Sebastián, tan
cuestionado y polémico, José Ignacio Munilla afirmó en la Cadena SER que “es peor nuestra
pobre situación espiritual que la catástrofe de Haití”
Otra prenda del
catolicismo hispano, el cardenal Antonio Cañizares, el de las vestimentas tan
de “Reinona Drag Queen” sostuvo hace unos meses, que la pederastia- tan
habitual en miles de sacerdotes en todo el mundo- era menos grave que un
aborto. Es obvio, por otro lado, que los príncipes de la Iglesia podrán ser
pederastas pero nunca abortarán.
Y por último, la joya del catolicismo patrio, Javier
Martínez, Arzobispo de Granada, que escupió sin despeinarse: “Si la mujer
aborta, el varón puede abusar de ella.”
Este santo varón, en el año 2007 fue condenado por
acoso moral, injurias, calumnias y coacciones a otro sacerdote, aunque
posteriormente la Audiencia
Provincial le absolvió de pagar la multa de 3.700 euros. En
ese mismo año había boicoteado la asignatura Educación para la Ciudadanía , expulsó a
dos monjas por ser extranjeras, trasladó al llamado “párroco solidario de
Albuñol” por acoger inmigrantes en su casa y defendió a un cura acusado de
pederastia. En el 2006 estuvo muy
ocupado fletando autobuses para engrosar las manifestaciones contra el
matrimonio homosexual. Ha proclamado a los cuatro vientos que “el condón ha
sido la causa de propagar el SIDA en África”
y que “una democracia sin valores se convierte en una dictadura”.
Evidentemente ninguno de estos tres prelados
purpurados puede considerarse como el afortunado poseedor de un alma. Y dios
¿la tiene?
Haiti uno de los países más pobres de la tierra fue
poblada fundamentalmente por esclavos que llegaron a ser libres o al menos eso fue
lo que pensaron. A lo largo de los años han sufrido inundaciones, plagas,
terremotos, dictaduras, la devastación de políticos muy corruptos y la
religión. Hay quien les acusa, a pesar de que los católicos son probablemente
una mayoría, de recibir un castigo de dios por alternar con la religión
autóctona.
Hoy, todos nos
volcamos con Haití, acudimos en su ayuda solidariamente. Debemos erradicar la
caridad que siempre esconde grandes dosis de injusticia, y mañana, la semana
que viene, el mes próximo…nos habremos olvidado. Hay demasiados muertos y las
imágenes que nos llegan (el bombero español con el niño rescatado) son estremecedoras
para casi todo el mundo. Para el obispo de San Sebastián parece ser que no.
El Vaticano cree que todos esos muertos han ido
directamente al cielo, pero dios, que no los quiere empadronar después de
haberles hecho esa gran putada con el terremoto, se fue en busca de dictadores,
monarquías corruptas, políticos inmorales, con el fin de agasajarlos,
piropearlos y algunos cederles su sitio bajo palio. Los parias de la Tierra , negros con el alma
blanca, no hacen más que aporrear las puertas de la Gloria Celestial sin entender
lo que ocurre, pero nadie les abre. Vagan por el firmamento, desorientados,
como lo han hecho toda su vida.
Pueden estar tranquilos que no les faltará ni una
misa, ni un solo rezo, millones de plegarias…Lo malo es que ningún muerto tiene
pasaporte.
Con los vivos hay que darse mucha prisa llevándoles
medicinas, alimentos, agua, ropa, bolsas para enterrar a sus muertos, antes de
que una epidemia acabe con todos. La putrefacción de los cadáveres amontonados
en medio de las calles produce un olor insoportable. Miseria, caos, tristeza,
hambre, sed y dolor, muchísimo dolor. Alabado sea dios.
Luis Viadel
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