El hilo de innovación
¿Quién gobierna el futuro? (Por qué leer a
Jaron Lanier)
Marta Domínguez | 30 junio, 2014
Las
manifestaciones de las últimas semanas en distintas ciudades de varios países
europeos en contra
de Uber, uno de mis casos favoritos de innovación, y despiado tiburón
para el gremio del taxi, me ha hecho acordarme de las teorías de Jaron
Lanier en ¿Quién gobierna el futuro? (Who owns the
future?, Free Pr, 2013).
Siempre que
ha salido un nuevo producto rompedor (de los que tambalean los cimientos más
sólidos) soy de las que se ponen del lado del PROGRESO. El progreso tiene un
argumento universal: ese que dice que crear medidas políticas o económicas
(barreras) para contrarrestar el avance de las nuevas industrias y la
tecnología es igual a matar la innovación. Es el argumento
que ha usado la máxima jefa de la defensa de la competencia y la ciudadanía
europea, la comisaria Reding. También se lo he escuchado a algún que otro
ministro de industria europeo.
Pero alguien
te cuenta los requisitos legales y fiscales que, por ejemplo, un trabajador que
quiera explotar un taxi debe asumir y no puedes dejar de pensar que algo de
razón tienen ante el avance de servicios no regulados (no estoy de
acuerdo en llamarlos alegales), como los de Uber.
Me hace
preguntarme DÓNDE esté EL LÍMITE entre mi papel como agente de innovación y mi
papel como ciudadana. Jaron Lanier tiene una teoría:
la
tecnología, y especialmente Internet, ha sido muy buena para el desarrollo
económico de nuestra sociedad, el problema es que sus últimos resultados están
acabando con la clase media.
A los ojos
de cualquier persona es MÁS FÁCIL ver caer (a manos de la tecnología) a grandes
imperios que han usado a lo largo del tiempo el poder, y todo tipo de artimañas
económicas, para poner barreras
al resto de empresas.
Ahí está la
industria de la música, los medios de comunicación, etc. Pero LA IMAGEN DUELE
cuando se trata de oficios más modestos: un trabajador del taxi, un profesor de
universidad, un kiosquero… Empleos que, en la última mitad del siglo pasado,
los gobiernos de los países desarrollados se ocuparon de crear.
Estos oficios
tenían una meta virtuosa. Garantizar unos ingresos regulares dignos,
para los ciudadanos que optasen por ellos, mediante un modelo que establecía
(regulaba) los requisitos de acceso, ya fuera en forma de licencias, exámenes o
mecanismos legales del estilo.
La teoría de
Jaron Lanier es un aviso a navegantes.
En el sector
de medios de comunicación Internet hizo que un kiosco dejara de servir para que
alguien se ganara la vida. Uber, que surgió en EEUU, donde lleva dos años de
delantera respecto a Europa, empezó a proyectar un futuro similar para el
gremio de clase media que conforman por los taxistas. Todavía un ejemplo más:
los profesores de universidad, ¿cuánto tardarán en convertirse en oficios
prescindibles ahora que cualquier estudiante puede aprender
de los mejores profesores del mundo en un curso online abierto y masivo (MOOC)?
Jaron Lanier
no es precisamente un afecto al inmovilismo. Se define a sí mismo como friki.
Su aspecto sin duda lo es: rastas, aspecto de hacker erudito e ingeniero
(aunque siempre me ha costado asumir que los ingenieros tenemos un aspecto
especial).
Cuenta esta
anécdota: allá por los 80 fue con un grupo a tocar a un local. El se ocupaba de
un artilugio similar a un sintetizador, que mezclaba realidad virutal, pero
como no era músico, el sindicado del club americano le impidió tocar. Topó con
el inmovilismo.
Con treinta
años de diferencia, la historia del sintetizador de Jaron Lanier y la del
equipo de Uber con los taxistas es prácticamente la misma. Unas barreras
que fueron concebidas (sindicatos, licencias, oposiciones…) para crear
prosperidad entre una gran cantidad de personas, la clase media, son la
espada de Damocles de sus propios negocios.
Se puede
pasar tiempo con gente que está trabajando en la nueva forma de pensar. Se
puede pasar tiempo con gente que trabaja por defender su estatus de clase
media. En cada caso, es probable que te hagan pensar de forma diferente un
rato. Algunos pueden ver en las ideas de Jaron alarmismo gratuito (¿ideas
libertarias?) sobre el futuro de las personas en un mundo dirigido por las
redes, Internet y la tecnología.
Lo bueno del
libro de Jaron ¿Quién gobierna el futuro? es que presenta AMBOS
argumentos: los que tratan a los emprendedores como héroes irremplazables, y
los que presentan un mundo robotizado con escaso papel protagonista para las
personas.
El último
relato del libro es futurista y me ha hecho sonreír: para la vida dentro de 20
años hay algo que la tecnología no va a quitar a las personas: seguir
consumiendo.
No he visto (a junio de 2014) Who
owns the future en español. Recomiendo esta entrevista con Jaron (en inglés
con subtítulos, más corta que el libro):
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