Racismo
en la Policía de Valencia “Me amenazaron con quitarme a mi hijo, llamándome
gorda, puta y negra de mierda"
Una asociación camerunesa de Valencia denuncia agresiones policiales en su
sede. Lo que empezó como una visita rutinaria para revisar la licencia del
local terminó con una decena de coches de policía y una mujer detenida que
asegura haber recibido insultos racistas y amenazas
Valencia
PILAR ALMENAR
Público
Pasada la medianoche
del pasado martes, la Policía Local de Valencia acudió al local del Centro
Cultural y de Ocio de Camerún en el barrio de Benicalap, alquilado como
vivienda de la familia del vicepresidente de la asociación. Lo que comenzó como
una visita rutinaria de verificación administrativa sobre la licencia municipal
de actividades, acabó con la aparición de casi una decena de coches patrulla
de la Policía Local y con la detención de una mujer africana que
alega haber sido víctima de abusos policiales, amenazas e insultos racistas.
"Mi mujer estaba sentada en
la calle porque tenía calor. Mis primos y yo acabábamos de ver el fútbol, que
terminó sobre las 10.30 horas y estábamos comentando el partido y comiendo
dentro con mi hijo de 3 años”, cuenta Cédrik Komol, vicepresidente de la
asociación y titular del contrato de alquiler del local.
“Vivo
aquí, ¿me vas a poner una multa porque tenga abierta la puerta de mi casa?”,
relata el marido de la detenida
“Mientras comíamos, mi mujer entró a decirnos
que había venido la Policía Local. Al salir, el que dijo ser el jefe policial,
me preguntó quién era el responsable del centro y yo le dije que no había
responsable puesto que las actividades culturales están paralizadas. Les
informé de que, aunque sus compañeros ya lo saben, mi mujer, mi hijo y yo
vivimos aquí desde hace más un año. La policía dijo que venía a comprobar si el
local estaba abierto y yo le dije: “Vivo aquí, ¿me vas a poner una multa porque
tenga abierta la puerta de mi casa?”, relata.
Cédrik Komol, marido
de la detenida, carga a su hijo de tres años en el local de la asociación
cultural camerunés y su lugar donde reside.- EVA MÁÑEZ
Ante la petición de documentación
por parte de la policía para expedir una multa, según explica Komol, él pidió a
su mujer que entrase para hacerse cargo del niño mientras buscaba su NIE. “Ella
estaba intentando calmar al policía que me hablaba de forma muy agresiva.
Intentaba mediar en la situación porque las formas no estaban siendo correctas.
Pero cuando le pedí que entrase a por el niño, no sé si fue porque la policía
pensó que nos íbamos a encerrar dentro de casa o por qué razón, un policía, que
llegó ya con los guantes puestos, empujó a mi mujer, se la llevó y la detuvo
directamente”, recuerda Komol, rodeado de varios compatriotas que aseguran
haber vivido la situación.
Mientras se resolvía la interposición o no de una multa, en medio de un amplio
despliegue policial con cerca de una decena de coches patrulla, María Nieves
Nfina Ondo, estaba siendo trasladada al calabozo.“Yo estaba sentada en la
puerta porque tenía mucho calor dentro por estar siempre con las persianas y
las puertas cerradas. Al llegar la policía empezó a chillar. Pidieron la documentación
a mi marido y él me llamó para ir a coger la documentación. En ese momento, empezaron
a empujarnos y agredirnos. Un agente me tiró fuera de un empujón y me dijo:
“Por las buenas o por las malas. Te llevamos detenida”. Me empujó de nuevo y
les pregunté por qué, qué había hecho. Me cogieron, me tiraron encima del coche
y me metieron dentro. Y allí dentro me dijeron de todo. No se puede tratar así
a una persona”, relata la mujer rompiendo a llorar.
"Te
vas a enterar, negra de mierda. Te vamos a enviar a Camerún", relata
llorando la afectada
“Eran dos hombres. El que estaba
en el asiento del copiloto bajó del coche y se sentó detrás conmigo y empezó a
pisarme y volvió a insultarme. Me dijo: “Te vas a enterar, negra de mierda. Te
vamos a enviar a Camerún”. Pensaba que yo soy de Camerún, pero soy de Guinea.
Es mi marido el que es de Camerún. Me dijo: “Nos vamos a quedar con tu hijo. La
próxima vez que vengamos te detendremos a ti y a tu marido y tu hijo terminará
en el centro de menores”, cuenta muy afectada.
Acusada de atentado por
agresión a un agente
Según el informe de diligencias
policiales, María Nieves Nfina está acusada de atentado a la autoridad por
agredir a un policía. “Yo le preguntaba qué hemos hecho para odiarnos hasta ese
nivel. No he cometido ningún delito. Asegura que le he abofeteado y eso no es
verdad, es él quien me ha empujado y me ha tratado mal”, detalla la detenida,
que fue liberada horas más tarde. El marido de la detenida interpuso una denuncia
en la noche del martes por considerar desmedida la actuación policial.
Agentes de la
Policía Local de Valencia entran al local del centro cultural camerunés después
de detener a Nfina Ondo.- EVA MÁÑEZ
Los vecinos del barrio que
estaban presentes aseguran que no se estaba organizando ruido ni disturbios
cuando llegó la policía. En los vídeos grabados por algunos de ellos puede
verse cómo un agente desaloja de un empujón a una persona y cómo la detenida,
que no deja de clamar por su hijo de 3 años que permanecía dentro del local, es
reducida por cuatro agentes cayendo de bruces contra el suelo para
maniatarla.
“Estaba cambiando el agua a
los pájaros en el balcón y vi cómo llegaba un coche de policía despacito. Había
dos chicas que estaban sentadas como otras veces a la fresca. Bajó un policía
muy violento cara a ellas y empezó a empujarlas y a insultarlas y la chica no
les dijo nada. ¡No estaban haciendo nada! La policía le dijo varias veces a
ella que se la iba a llevar arrestada por sus huevos, que sí o sí”, relata con
enfado Nacho Estellés, vecino del portal contiguo. “Han venido policías otras
veces de forma agresiva pero no es normal que venga tanta policía y tampoco que
les trate de esa manera. Cuando otra gente organiza broncas en el barrio o hay
botellón nunca viene nadie”, critica.
Estellés asegura que sus
vecinos cameruneses, no solo no son conflictivos, sino que prestan sillas de
plástico a las vecinas jubiladas de la calle, entre ellas a su madre, para que
puedan sentarse a la fresca por las tardes, generando un buen ambiente de
convivencia vecinal. La asociación camerunesa dispone de un listado con decenas
de firmas vecinales que apoyan que el local permanezca abierto como centro
cultural, actividad que aseguran haber cesado mientras se resuelve la obtención
de la licencia municipal.
Los agentes usaron
porras extensibles de metal
Una decena de
unidades de la Policía local valenciana acudió al local en el que fue detenida
la mujer.- EVA MÁÑEZ
En las imágenes grabadas por
los vecinos puede verse el uso de una porra extensible, material de defensa que
ha sido objeto de controversia en los últimos años por ser un arma prohibida a
civiles y que la Policía Local de Valencia, según explica, tiene incluida en su
dotación reglamentaria. En las imágenes puede verse también a dos agentes de la
Policía Nacional que acudieron al lugar.
Preguntados al respecto de
esta actuación ambos cuerpos policiales, la Jefatura Superior de Policía
Nacional de València, asegura que la presencia de sus agentes en el lugar fue
puntual o casual puesto que la actuación era de la Policía Local y ellos no
realizaron ni la detención ni las diligencias. Preguntada la Policía Local de
Valencia por este caso, rechaza hacer ningún tipo de declaración.
El pleno del Ayuntamiento de
València aprobó el 20 de noviembre de 2015 una moción en la que se explicita
“el compromiso del Ayuntamiento para trabajar por la erradicación del
racismo en la ciudad” haciendo hincapié en “el compromiso de desarrollar la
labor de la Policía Local como factor de cohesión e integración social, desde
el papel que les corresponde de operador social y jurídico de primer orden”.
Además, la moción incluyó la intención de “impulsar la formación y preparación
específica de la Policía Local en el tratamiento de los delitos de odio y de
discriminación racial” programando “planes de actuación específicos en
colaboración con entidades cívicas sensibilizadas con esta problemática”.
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