ElHuffPost
28/04/2017
La
próxima vez que te saques un moco y te lo metas en la boca, hazlo con orgullo.
Según
un estudio,
los adultos (como los niños) deberíamos hurgarnos la nariz, comernos los mocos
y, por si fuera poco, animar a nuestros hijos a hacer lo mismo.
De acuerdo con la investigación, publicado por el
National Center for Biotechnology Information de Canadá, los mocos pueden tener
muchos beneficios para la salud e incluso pueden ayudar a proteger los dientes.
Las secreciones nasales contienen mucinas salivales
que forman una barrera contra las bacterias que pueden provocar la aparición de
caries.
Tras estas conclusiones, los investigadores que dirigieron el
estudio están buscando formas de crear mocos sintéticos que puedan consumirse
en forma de chicle o de dentífrico.
No obstante, la salud dental no es el único beneficio que se puede
sacar de comerse los mocos. Según el periódico británicoThe Independent, existen pruebas científicas de que la mucosa
presente en las secreciones nasales es una defensa eficaz contra las
infecciones respiratorias o las úlceras estomacales.
Y la protección contra bacterias perjudiciales no lo es todo: al
parecer, si nos hurgamos la nariz, podemos ser personas más felices y más
sanas.
Según el austriaco especialista en neumología Friedrich Bischinger,
las personas que se hurgan la nariz están en mejor sintonía con su cuerpo.
También sugiere que la sociedad debería esforzarse por deshacerse del estigma
que rodea al acto de comerse los mocos y animarse a hacerlo con fruición.
"Ingerir los
restos de mucosidad seca es una forma ideal de reforzar el sistema inmunitario.
Desde el punto de vista médico, es recomendable y es una actividad
completamente natural", asegura Bischinger.
"Para el sistema inmunitario, la nariz es un filtro en el que
se acumula una gran cantidad de bacterias y cuando esta mezcla llega a los
intestinos, funciona igual que una medicina", añade.
“Es
una actividad completamente natural".
Las conclusiones de este estudio contradicen directamente a las
investigaciones previas. Según el otorrinolaringólogo estadounidense Erich
Voigt, hay varios motivos por los que no deberíamos hurgarnos la nariz. En un
vídeo del periódico Business Insider, el doctor Voigt explica que la entrada de gérmenes
en la nariz combinada con el acto de hurgar puede provocar abrasiones. Estas
abrasiones "sangran, lo que fomenta la aparición de gérmenes, de costras y
de irritaciones".
También
señala que hurgarse la nariz puede ser perjudicial porque puede provocar hemorragias nasales
graves.
"El riego sanguíneo es muy abundante en esa zona: hay cinco
arterias que llegan a la parte delantera de la nariz", explica. "A
causa de la abrasión, pueden producirse hemorragias nasales; muchas veces, los
niños se las provocan por hurgarse".
Todo parece indicar que si eres capaz de soportar el asco y la
posibilidad de que te sangre la nariz, ya tienes un motivo para hurgarte la
nariz.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición canadiense
de 'The HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.
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