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sábado, 5 de noviembre de 2016

La traición socialista y la Virgen de la Abstención

La traición socialista y la Virgen de la Abstención.

La traición socialista (I): La trapacería de Antonio Hernando
Luis Gonzalo Segura
Público
3 noviembre, , 2016
Falta muy poco para que Antonio Hernando sea considerado uno de los grandes analistas y políticos de nuestro país. Dentro de no mucho compartirá espacio con los Padres de la Patria (Aznar, González, Cebrián, Juan Carlos I, Solana, Guerra y demás Hombres de Estado). Pasará a nuestra historia como un hombre de talante, un líder de la Segunda Transición, un respetable político que supo anteponer el interés de toda la Nación por encima del suyo propio; más todavía, que supo sostener a toda la Nación en su responsabilidad. El que lo dude que recuerde los libros de texto que loan hasta el vómito a siniestros personajes como los mencionados con anterioridad u otros más cercanos en el tiempo como Mariano Rajoy o Esperanza Aguirre.


Antonio Hernando y los ‘Hombres y Mujeres de Estado’
El comportamiento de Hernando, más allá de la náusea, debe servirnos como un excelente ejemplo, no desde el punto de vista didáctico para los más jóvenes, pero sí como un incomparable reflejo de lo que fue la Transición. La Transición, aunque no fue lo que nos contaron, sí que fue un periodo extraordinario en el que una serie de personajes trapaceros como Antonio Hernando se pusieron de acuerdo para desgarrar y despellejar las pocas posibilidades que existían en este país de conseguir una verdadera transición hacia una democracia. El resultado lo podemos contemplar con nuestros propios ojos: trece millones de personas votando al Régimen, el PP imputado, el PSOE golpista, los medios de comunicación menos fiables de Europa, uno de los mayores índices de corrupción del mundo desarrollado y una judicatura no menos corrupta (“la confianza pública en la integridad del poder judicial sigue siendo muy baja en una serie de Estados miembros, y que el poder judicial se percibe como una de las instituciones más corruptas en Albania, Armenia, Azerbaiyán… y España”).


Los líderes, las personas excelsas, los llamados a liderar la Segunda Transición, una Gran Transición, están aquí, junto a nosotros: Antonio Hernando, “El Generoso”, que cambió el “no es no” por el “no es lo que PRISA quiera”; Susana Díaz, “La Abnegada”, que sacrificó sus intereses personales en aras del golpe de Estado; Javier Fernández, “El Pacificador”, que supo regalar el PSOE al PP mientras compadreaba con Núñez Feijóo o besaba a la mujer de Rajoy; Isabel Rodríguez “La Camaleónica”, que se muestra fiel a Madina, Pedro Sánchez, Hernando, el No, el Sí, el No sabe no contesta y todo junto…

En fin, estas son las personas que nos conducirán a una Segunda Transición, los que escribirán una página gloriosa de nuestra historia: una combinación del nuevo y del viejo PSOE. Socialistas de corazón y liberales de cartera, garrapatas de poltrona y comensales de salario, ambiciosos del veneno y maestros de la estocada, rufianes de los recortes y mendigos de la decencia, ignorantes de la dimisión y practicantes de la traición, mayordomos del poder y capataces de los débiles, republicanos de sentimiento y monárquicos de responsabilidad, defensores de los derechos humanos y enterradores de cuerpos despellejados…
Siéntense y disfruten, son nuestras vidas las que van a destrozar… ¡Viva la Segunda Transición


La traición socialista (II): La Banda del ‘no’
4 noviembre, 2016
“La Banda del ‘no'”
Incluso La Banda del ‘no’, que tan loable se presenta, ha sido incapaz de dejar un partido que ha traicionado hasta su propia existencia y ahora esperan como corderillos ser purgados o indultados en el último instante. Piensan que con un ‘no’ quedan libres de culpa, pero hoy la culpa va mucho más allá de un ‘no’ que tuvo mucho de teatro y estrategia. La realidad, innegable, es que no se estaba votando una ley o una proposición de tres al cuarto, sino que se trataba de dar el poder al PP de la Corrupción, entregar el país a ‘Los Genoveses’, rendir la plaza y que nos acuchillen a todos. Ante semejante decisión, no es suficiente con un ‘no’ y rezar para seguir en todas las comisiones y puestos.


La Banda del ‘no’ es un grupo heterogéneo que se puede dividir en varias facciones. Para empezar se encuentran los que se sitúan en esa posición por convicción. Entre ellos están Margarita Robles y el PSC, que quisieron morir, desde el principio, desde los principios y sin dudas, mientras que el resto solo pretendieron que no les dispararan o, a lo más, que solo salieran heridos del trance para combatir en el futuro.
Un segundo grupo lo componen los allegados directos a Pedro Sánchez, cuyo futuro no estaba en absoluto asegurado y optaron por el ‘no’ como apuesta de supervivencia a medio o largo plazo. Son los que lo han fiado todo a la Reconquista de Pedro Sánchez, “El Rojo”, sabiendo que si esta se produce volverán a ocupar puestos de honor. En este caso, en el que por ejemplo se encuentra Susana Sumelzo, “Susana de Aragón”, cabe preguntarse si habrían sido tan rebeldes en el caso de ser Pedro Sánchez el que les hubiera guiado a la abstención. Si pudiéramos retroceder en el tiempo y hacer los suficientes cambios muy probablemente Susana habría sido fiel a Pedro Sánchez en su promesa a Felipe González de la abstención, como lo fue en el pacto que este selló con Ciudadanos.


Una tercera facción la forman aquellos que se vieron obligados a votar ‘no’ por diferentes circunstancias, aunque lo único que les importa en todo este asunto es el escaño. Entre tan taimados y cobardes diputados se encuentra Zaida Cantera, “La Acosada”, cuyo ataque de altruismo la hizo fichar por el partido político que ascendió a su acosador sexual y, después, un segundo ataque no menos esperpéntico la obligó por el bien de toda la Nación a no dimitir y permanecer en el partido político que permitió el gobierno de aquellos que jalearon y fomentaron su acoso laboral. Cualquiera con un mínimo de dignidad ya se habría marchado, así lo hizo Irene Lozano hace meses, a la que hay que reconocer su extraordinaria labor antes de fichar por ‘Suiza y Sicilia’ y la gallardía de reconocer su error y salir corriendo de semejante lodazal. En cambio, Zaida dio su visto bueno a la “abstención técnica” en los primeros días del golpismo y se emboscó hasta el último día, esperando que no tuviera que dar la cara, y cuando no tuvo más remedio dijo ‘no’ casi pidiendo perdón, aunque lo que le pedía su faltriquera era abstenerse o votar sí a todo lo que le hubiera reportado un suplemento y conservar o aumentar las tres comisiones que posee (hasta en Seguridad Vial).
Tanto unos como otros militan en La Banda del ‘no’ y montaron el numerito previsto. Y, también como era evidente, al día siguiente, como el niño que sabe que se ha portado mal, se sentaron en la poltrona a ver si les perdonaban la vida, aunque fuera por descuido. Los hubo, como era previsto, que gimotearon en televisión esperando compasión, pero todos, sin excepción, siguieron aferrados a sus puestos sin importarles ser degollados uno a uno. La dignidad, si acaso, para otro momento en el que no haya cinco o seis mil eurillos en juego.

Más allá de los teatrillos, lo cierto es que el Grupo Mixto era y es el lugar para los valientes, para los socialistas de corazón, y a día de hoy se encuentra vacío de estos. A lo mejor es que de corazón ya queda poco. Ciertamente, si no terminaron allí Margarita Robles y el PSC, el resto ni se lo planteó. A estas alturas sabemos que las ideas están bien pero la talega pesa más y una multita de 600 euros por aparentar no está nada mal.


Algunos, si conservan los puestos en las comisiones, hasta le ponen una vela a la Virgen de la Abstención.



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