La traición socialista y la Virgen de la
Abstención.
La traición socialista (I): La trapacería de
Antonio Hernando
Luis Gonzalo
Segura
Público
3 noviembre,
, 2016
Falta muy
poco para que Antonio Hernando sea considerado uno de los grandes analistas y
políticos de nuestro país. Dentro de no mucho compartirá espacio con los Padres
de la Patria (Aznar, González, Cebrián, Juan Carlos I, Solana, Guerra y
demás Hombres de Estado). Pasará a nuestra historia como un hombre de
talante, un líder de la Segunda Transición, un respetable político que supo
anteponer el interés de toda la Nación por encima del suyo propio; más todavía,
que supo sostener a toda la Nación en su responsabilidad. El que lo dude que
recuerde los libros de texto que loan hasta el vómito a siniestros personajes
como los mencionados con anterioridad u otros más cercanos en el tiempo como
Mariano Rajoy o Esperanza Aguirre.
Antonio
Hernando y los ‘Hombres y Mujeres de Estado’
El
comportamiento de Hernando, más allá de la náusea, debe servirnos como un
excelente ejemplo, no desde el punto de vista didáctico para los más jóvenes,
pero sí como un incomparable reflejo de lo que fue la Transición. La
Transición, aunque no fue lo que nos contaron, sí que fue un periodo
extraordinario en el que una serie de personajes trapaceros como Antonio
Hernando se pusieron de acuerdo para desgarrar y despellejar las pocas
posibilidades que existían en este país de conseguir una verdadera transición
hacia una democracia. El resultado lo podemos contemplar con nuestros propios
ojos: trece millones de personas votando al Régimen, el PP imputado,
el PSOE golpista, los medios de comunicación menos
fiables de Europa, uno de los mayores índices de
corrupción del mundo desarrollado y una judicatura no menos corrupta (“la confianza pública en
la integridad del poder judicial sigue siendo muy baja en una serie
de Estados miembros, y que el poder judicial se percibe como una de las
instituciones más corruptas en Albania, Armenia, Azerbaiyán… y España”).
Los líderes,
las personas excelsas, los llamados a liderar la Segunda Transición, una Gran
Transición, están aquí, junto a nosotros: Antonio Hernando, “El Generoso”, que
cambió el “no es no” por el “no es lo que PRISA quiera”; Susana Díaz, “La
Abnegada”, que sacrificó sus intereses personales en aras del golpe de Estado;
Javier Fernández, “El Pacificador”, que supo regalar el PSOE al PP
mientras compadreaba con Núñez Feijóo o besaba a la mujer de Rajoy;
Isabel Rodríguez “La Camaleónica”, que se muestra fiel a Madina, Pedro Sánchez,
Hernando, el No, el Sí, el No sabe no contesta y todo junto…
En fin,
estas son las personas que nos conducirán a una Segunda Transición, los que
escribirán una página gloriosa de nuestra historia: una combinación del nuevo y
del viejo PSOE. Socialistas de corazón y liberales de cartera, garrapatas de
poltrona y comensales de salario, ambiciosos del veneno y maestros de la
estocada, rufianes de los recortes y mendigos de la decencia, ignorantes de la
dimisión y practicantes de la traición, mayordomos del poder y capataces de los
débiles, republicanos de sentimiento y monárquicos de responsabilidad,
defensores de los derechos humanos y enterradores de cuerpos despellejados…
Siéntense y
disfruten, son nuestras vidas las que van a destrozar… ¡Viva la Segunda
Transición
La traición socialista (II): La Banda del ‘no’
4 noviembre, 2016
“La Banda
del ‘no'”
Incluso La
Banda del ‘no’, que tan loable se presenta, ha sido incapaz de
dejar un partido que ha traicionado hasta su propia existencia y
ahora esperan como corderillos ser purgados o indultados en el último instante.
Piensan que con un ‘no’ quedan libres de culpa, pero hoy la culpa va mucho más
allá de un ‘no’ que tuvo mucho de teatro y estrategia. La realidad, innegable,
es que no se estaba votando una ley o una proposición de tres al
cuarto, sino que se trataba de dar el poder al PP de la Corrupción, entregar el
país a ‘Los Genoveses’, rendir la plaza y que nos acuchillen a todos. Ante
semejante decisión, no es suficiente con un ‘no’ y rezar para seguir en todas
las comisiones y puestos.
La Banda del
‘no’ es un
grupo heterogéneo que se puede dividir en varias facciones. Para empezar se
encuentran los que se sitúan en esa posición por convicción. Entre ellos están
Margarita Robles y el PSC, que quisieron morir, desde el principio, desde
los principios y sin dudas, mientras que el resto solo pretendieron
que no les dispararan o, a lo más, que solo salieran heridos del trance para
combatir en el futuro.
Un segundo
grupo lo componen los allegados directos a Pedro Sánchez, cuyo futuro no estaba
en absoluto asegurado y optaron por el ‘no’ como apuesta de supervivencia a
medio o largo plazo. Son los que lo han fiado todo a la Reconquista de Pedro
Sánchez, “El Rojo”, sabiendo que si esta se produce volverán a ocupar puestos
de honor. En este caso, en el que por ejemplo se encuentra Susana Sumelzo,
“Susana de Aragón”, cabe preguntarse si habrían sido tan rebeldes en el caso de
ser Pedro Sánchez el que les hubiera guiado a la abstención. Si pudiéramos
retroceder en el tiempo y hacer los suficientes cambios muy probablemente
Susana habría sido fiel a Pedro Sánchez en su promesa a Felipe González de la
abstención, como lo fue en el pacto que este selló con Ciudadanos.
Una tercera
facción la forman aquellos que se vieron obligados a votar ‘no’ por diferentes
circunstancias, aunque lo único que les importa en todo este asunto es el
escaño. Entre tan taimados y cobardes diputados se encuentra Zaida Cantera, “La
Acosada”, cuyo ataque de altruismo la hizo fichar por el partido político
que ascendió a su acosador sexual y, después, un segundo ataque no menos
esperpéntico la obligó por el bien de toda la Nación a no dimitir y permanecer
en el partido político que permitió el gobierno de aquellos que jalearon y
fomentaron su acoso laboral. Cualquiera con un mínimo de dignidad ya se habría
marchado, así lo hizo Irene Lozano hace meses, a la que hay que reconocer su
extraordinaria labor antes de fichar por ‘Suiza y Sicilia’ y la gallardía de
reconocer su error y salir corriendo de semejante lodazal. En cambio, Zaida dio
su visto bueno a la “abstención técnica” en los primeros días del golpismo y se
emboscó hasta el último día, esperando que no tuviera que dar la cara, y cuando
no tuvo más remedio dijo ‘no’ casi pidiendo perdón, aunque lo que le pedía su
faltriquera era abstenerse o votar sí a todo lo que le hubiera reportado un
suplemento y conservar o aumentar las tres comisiones que posee (hasta en
Seguridad Vial).
Tanto unos
como otros militan en La Banda del ‘no’ y montaron el numerito
previsto. Y, también como era evidente, al día siguiente, como el niño que sabe
que se ha portado mal, se sentaron en la poltrona a ver si les perdonaban la
vida, aunque fuera por descuido. Los hubo, como era previsto,
que gimotearon en televisión esperando compasión, pero todos, sin
excepción, siguieron aferrados a sus puestos sin importarles ser
degollados uno a uno. La dignidad, si acaso, para otro momento en el que no
haya cinco o seis mil eurillos en juego.
Más allá de
los teatrillos, lo cierto es que el Grupo Mixto era y es el lugar para los
valientes, para los socialistas de corazón, y a día de hoy se encuentra vacío
de estos. A lo mejor es que de corazón ya queda poco. Ciertamente, si no
terminaron allí Margarita Robles y el PSC, el resto ni se lo planteó. A estas
alturas sabemos que las ideas están bien pero la talega pesa más y una multita
de 600 euros por aparentar no está nada mal.
Algunos, si
conservan los puestos en las comisiones, hasta le ponen una vela a la Virgen de
la Abstención.
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