Público
4-3-17
Erika Lust
Directora de cine, guionista y productora
Directora de cine, guionista y productora
¿Qué es la mirada masculina? pregunta Jill Soloway
en su ponencia en el Festival Internacional de Cine de Toronto el 11 de
Septiembre de 2016. “Es prácticamente todo” dice. “Es todo lo que has visto, es
la mayoría de los shows televisivos, son todas las películas, son todas la
películas de súper héroes y acción. Por el contrario, la mirada femenina es
simplemente todo lo que aún no has visto ”Soloway”, creadora y directora de la
fabulosa serie Transparent
acuñó en esta ponencia el término “female gaze” (la mirada femenina) frente al
término “male gaze” (mirada masculina) creado por la crítica de cine Laura
Mulvey en 1975 en su ensayo ‘Visual Pleasure and Narrative Cinema’. Para Mulvey
la mirada masculina es la manera en que las artes visuales así como la
literatura describen el mundo y a las mujeres desde un punto de vista
masculino, presentando a las mujeres como objetos de placer masculino. ¿Y es
que acaso Soloway no tiene razón? ¿No es lo masculino todo? ¿El estándar
universal en el mundo en el que vivimos?
Público me ha brindado la oportunidad de ser columnista y como es la primera
columna que escribo para el diario querría explicar un poco quién soy y porqué
estos términos son tan importantes.
Llevo 15 años
dirigiendo cine erótico. Es decir cine adulto, también conocido como
pornografía. Durante estos años he concedido numerosas entrevistas y siempre me
hacen la misma pregunta: ‘¿Haces porno para mujeres?’. Sí, soy una mujer y soy
feminista. Pero no, no hago porno para mujeres. Yo hago cine adulto para todo
el que quiera verlo y lo hago desde mi mirada femenina.
Cuando comencé
a dirigir películas los productores “old school” de la industria pornográfica
me dijeron que ya estaba todo hecho, que mis películas no tenían cabida en esta
industria. Una industria que sigue estando completamente dominada por un tipo
de hombre y que lleva décadas imponiendo una visión machista de la sexualidad
humana, donde la representación del placer femenino es nula. Es decir que el
monopolio de definir lo que es el porno ha sido masculino durante todo este
tiempo. Invito al lector a que vea el primer vídeo porno que encuentre en
Pornhub y se pregunte dos cosas: si esa mujer está buscando su propio placer (o
simplemente está siendo utilizada como herramienta para que el hombre encuentre
el suyo mientras busca su mejor perfil en cámara) y si a su compañero de escena
le está importando lo más mínimo utilizar técnicas más allá de la penetración
para hacerla disfrutar (estimular el clítoris antes de comenzar, los tan
olvidados cunnilingus, etc.)
Si ahora desviamos la mirada hacia la meca del cine, Hollywood, solo
un 7% de los directores entre las 250 películas más taquilleras del 2016 han
sido mujeres, un 2% menos que en el 2015. Según el estudio ‘Mujeres en la
Televisión y el Cine’ del San Diego State’s Center que lleva 19 años analizando
la contratación de mujeres en el sector cinematográfico, las mujeres conforman
un 17% en la dirección de cine, guión, producción, producción ejecutiva,
edición y cinematografía de estas 250 películas más taquilleras.
¿Qué os parecen
estos números? Pues ahora imaginad cuántas mujeres trabajan detrás de las
cámaras en cine adulto. ¿Es que la representación del sexo no es terreno para
mujeres?
Yo dirijo desde
una mirada femenina, y desde la misma mirada trabajan las 15 mujeres
profesionales que hacen posible cada rodaje junto a mí. El resultado de esas
miradas, creedme, es otro universo bastante opuesto al porno online de los
tubes al que estamos acostumbrados.
‘¿Al final se
casan?’ ‘¿Las historias que grabas son románticas?’ ¿Son sólo mujeres
lesbianas?’ preguntas realizadas por hombres y algunas mujeres que surgen de
una mirada del mundo masculina, el ‘estándar’ universal con el que todos
nacemos y crecemos. Me da cierta tristeza oír esas preguntas. Ponen de
manifiesto la gran desconocida que es la sexualidad femenina. ¿Como mujer sólo
puedo representar fantasías ‘románticas’? Por el contrario, en mi cine exploro
diversas prácticas sexuales, sexualidades y fetiches. De ‘soft’ no tiene nada.
Sólo es una mirada distinta. Como mujer y cinéfila creo que he aportado mi
visión única.
Candida Royalle, creadora de Femme
Productions y una de las mujeres pioneras en la dirección de pornografía en los
años 80, afirmó que “la mayoría del porno tiene valores negativos, no presenta
el punto de vista de la mujer y no muestra lo que a las mujeres nos excita”.
Cuatro décadas de avances muy pequeños después, poco a poco mujeres con
distintas perspectivas, nacionalidades y sexualidades han comenzado a crear
cine adulto de una manera diferente. Para Royalle, y para todas las que hemos
seguido su filosofía existe un nuevo cine adulto, aquel que busca la
representación del placer de todos los colaboradores en el sexo, y por supuesto
la representación de la sexualidad de la mujer y de su placer. Un cine que
entiende de condiciones éticas para los ‘performers’ que trabajan en él, de
mensajes positivos sobre el sexo y las diversas sexualidades. Un cine que
permite explorar la sexualidad y romper con tabús sin abandonar la excitación
del espectador; creado por mujeres desde una mirada femenina estimulando el
erotismo para todos en lugar de destrozarlo a base de ‘cumshots’. La nueva
mirada que favorece la construcción de un imaginario sexual más plural y
diverso.
El estándar debe dejar de ser masculino. La mirada femenina también
importa.
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