Vaginas precoces, para eyaculadores precoces
Laura Cámara
30-3-16
Ya
sabemos que el coito es una práctica demasiado extendida. Cualquier sexóloga/o
nos dirá que vivimos en un modelo de sexualidad coitocentrista y masculino,
donde se justifica y se utiliza el coito como practica estrella.
Yo
sostengo esto, y además digo que los coitos demasiado largos molestan incluso
duelen. No son pocas las mujeres que sienten escozor y dolor después de las relaciones sexuales. Nuestras vaginas no necesitan tantas
embestidas. El coito nos puede gustar, sí, pero no hace falta estar “30 minutos
dale que te pego”. Es habitual que la excitación disminuya y la lubricación
escasee. Así que escucha bien, lo digo bien alto:
Un coito demasiado largo cansa, aburre, molesta y
duele.
¡Despertemos que esto es la vida real. Esto no es
porno!
Ahí
mi teoría:
Las mujeres hemos aprendido a modular nuestras
prácticas sexuales y aguantamos coitos largos porque en este modelo de
sexualidad es lo que se espera o lo que impera. Pero mi teoría es que las
mujeres tenemos vaginas precoces para eyaculadores precoces. Esto funciona muy
bien para la procreación, pero muy mal para el placer.
¿Sabían
ustedes que la eyaculación precoz es una disfunción sexual muy reciente?
Antes
si los hombres eyaculaban pronto o tarde, no le importaba a nadie. Antes de los
años 70 los hombres eyaculaban cuando les daba la gana y no se les ocurría
cuestionar su sexualidad en función de lo rápido o lento que eyaculaban. Es
más, solía ser un signo de hombría poder eyacular sin dificultad. Eso no era
más que un reflejo de esa supremacía masculina y de lo poco que se tenían en
cuenta a las mujeres y su sexualidad. Signo inequívoco de “machoman”. Porque
simplemente las mujeres eran cuerpos que ni sentían ni padecían y que solo se
utilizaban a modo de disfrute y descarga. Y para concebir, claro.
Los
hombres eyaculan rápido porque todos los mamíferos eyaculan rápido. El hombre
es eyaculador rápido por naturaleza (algo menos que un conejo, pero rápido al
fin y al cabo)
A
partir de los años 70 y con la revolución sexual de la mujer, donde aparecen
los anticonceptivos que permiten desvincular la sexualidad femenina de la reproducción,
y con la reivindicación de la mujer de su derecho al placer, las cosas cambian.
¿Por
qué? Porque a partir de ese momento, (atención!!) las mujeres no solo
disfrutan, sino que exigen disfrutar. La vagina se convierte (erróneamente) en
el centro del placer femenino. Los orgasmos vaginales se ponen en la cabeza de
los orgasmos femeninos. El clítoris sigue siendo el gran desconocido. Y el
placer femenino sigue vinculado a las relaciones de pareja, heteronormativo y
coital.
Es
la época en la que el famoso médico Gregorio Marañón se cubre de gloria
diciendo esta frase que queda para la posteridad de las “cagadas“sexuales:
“No existe mujer frígida sino hombre
inexperto”
Las
mujeres se convierten en algo así como “deficientes sexuales” que necesitan de un
hombre habilidoso y capaz para conseguir orgasmos. Nadie habla de masturbación,
de clítoris, de otras prácticas sexuales o de homosexualidad. Y encima se corre
el rumor de que la mujer es muy lenta en sus orgasmos. Así que se llegue a la
conclusión de que necesitamos de mucha penetración, muuucho coito para
conseguir orgasmos.
Así
que los hombres se empiezan a ver responsables del ya obligatorio placer
femenino. Siempre a través del coito. Y como se dice que somos tan lentas, pues
coitos largos. Empezará a ser un fracaso para el hombre no aguantar con la
penetración hasta conseguir que la mujer consiga su orgasmo (vaginal, claro).
Todo
esto es para llegar a donde quiero llegar:
Conozco
muchas mujeres (amigas, conocidas, pacientes…) que consideran excesivo el
tiempo de penetración. Que se notan escocidas y con dolor después de las
relaciones coitales. Quizás no les ha pasado desde siempre. Quizás es a partir
del parto, de la menopausia, de un periodo de más estrés, etc. Pero se notan
dolor cuando la penetración es demasiado larga. Pero a la vez creen que su
pareja se esfuerza para alargar el coito.
Así
que:
1.
Si no necesitas tanto coito, dilo. No te quedes aguantando embestidas si no es
lo que quieres. Y menos si te duele. Sal de ese “circulocoital”.
2.
Ahí va mi teoría de vaginas para eyaculadores precoces. Si los hombres eyaculan
rápido por naturaleza, quizás las mujeres tengamos vaginas preparadas para
coitos rápidos. No es que no necesitemos coitos largos, es que nos sobra lo
mires por donde lo mires.
Vamos
a dejar de vivir en este absurdo de sexualidad para el otr@. Pero además sin
que el otr@ lo necesite. Todo una paradoja, desde luego.
Permitidme un atrevido consejo: chupa, lame, toca, besa,
roza, abraza, cosquillea, envuelve…todo lo que puedas. Penetra solo lo justo.
No tenemos el “chichi para tanta feria”.
¿Qué
opinas de todo esto? ¿Eres de vagina rápida? Me encantaría saber tu opinión.
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