Reig Pla, el obispo que imagina a los gays en
el infierno mientras hace misas por la salvación de Franco
El obispo de Alcalá, uno de los más ultra, suma innumerables polémicas por sus ataques a los homosexuales, las mujeres o la "ideología de género"
Ha presidido misas por Franco y en alguna ocasión, como en 2009, con la presencia de banderas franquistas o de Blas Piñar. También fue premiado por HazteOír en 2012 por su "defensa de la dignidad humana"
El obispo de Alcalá, uno de los más ultra, suma innumerables polémicas por sus ataques a los homosexuales, las mujeres o la "ideología de género"
Ha presidido misas por Franco y en alguna ocasión, como en 2009, con la presencia de banderas franquistas o de Blas Piñar. También fue premiado por HazteOír en 2012 por su "defensa de la dignidad humana"
Ahora celebra terapias en su diócesis para que los homosexuales que acuden
dejen de serlo, unas sesiones impartidas en la clandestinidad y que están
declaradas ilegales en
la Comunidad de Madrid
·
1/4/19
·
eldiario.es
Es uno de los obispos más ultra de España. Y no lo
oculta. El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, vive como un verso suelto
en un país donde los homosexuales "encuentran el infierno"
(como señaló en una polémica misa de Viernes Santo, retransmitida por la
televisión pública) o su condición sexual los hace más
"vulnerables" a convertirse en pederastas (como
señala un informe publicado en su web). Está en las tesis de formaciones como
HazteOír, con cuyos miembros cena a menudo y de cuyos premios participa. De hecho, recibió uno en
2012 de esta organización por su "defensa de la dignidad humana".
Antes de recalar en Alcalá,
Reig fue obispo en Castellón y Murcia, territorios conquistados por el Camino
Neocatecumenal, más conocidos como los kikos. La relación del prelado con esta
vertiente es muy cercana (es uno de los que cuenta en su diócesis con un
seminario Redemptoris Mater), y le ha servido para escalar en el escalafón
episcopal, de la mano de su mentor, el
cardenal Rouco Varela. Sin embargo, la llegada del papa Francisco
descabalgó parte de los planes de la rama más ultra del Episcopado español, que
no obstante sigue mandando, y mucho, en la Iglesia.
De hecho, Reig ha
sido uno
de los pocos obispos españoles en alinearse públicamente al grupo de prelados
contrarios al Papa actual, presentando el libro póstumo del cardenal
Carlo Caffarra, uno de los cuatro cardenales (junto a Burke, Brandmüller y
Meisner, también fallecido) que en 2016 plantearon la desobediencia a Francisco
por haber abierto la posibilidad de la comunión para los divorciados vueltos a
casar en Amoris Laetitia.
En lo educativo, Reig es uno
de los defensores de la escuela diferenciada o de iniciativas como las
capitaneadas por la Fundación Educatio Servanda, que desean una escuela donde
no tenga cabida la "inclusión de género", uno de los temas tabú para el
obispo. Una
"ideología de género" que viene poco menos que inspirada por el
demonio, según el prelado. Al igual que el aborto, la eutanasia o el
divorcio.
El obispo de Alcalá fue uno de los grandes impulsores
de las misas por la familia que, entre 2007 y 2015 (cuando fueron prohibidas
por el cardenal Osoro), se celebraban en la plaza de Colón para atacar a los
gobiernos de Zapatero, primero, y tratar de presionar al de Rajoy, después, con
la colaboración de HazteOír.
"Es muy
importante impedir, como exige la Iglesia, la ordenación de
candidatos con atracción sexual hacia el mismo sexo", señala Reig, quien
advierte que "la ordenación al diaconado o al presbiterado de varones
con AMS [Atracción por el Mismo Sexo, así los llama] es absolutamente
desaconsejable e imprudente y, desde el punto de vista pastoral, muy
arriesgada".
¿Por qué? Porque los gays en
la Iglesia, en su opinión, son candidatos a convertirse en pederastas. En
varias ocasiones, Reig ha querido diferenciar la pederastia de la
"efebofilia" (sexo con adolescentes), mucho menos condenable para
este pastor.
Tampoco son condenables los actos de enaltecimiento a
la dictadura, como las misas en honor de Franco o por los caídos de Paracuellos
que todos los meses de noviembre el obispo preside en el cementerio (en alguna
ocasión, como en 2009, con la presencia de banderas franquistas o del propio
Blas Piñar), o las continuas visitas –que en estos
meses se han multiplicado– a la Abadía del Valle de los
Caídos, para mostrar su apoyo al prior Santiago Cantera.
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