13/04/2019
Muere Neus Catalá, superviviente de los campos de concentración nazis, a
los 103 años
"Que su
memoria nos sirva de ejemplo”.
Agencias
ElHuffPost
Neus Català, una de
las últimas supervivientes españolas de los campos de exterminio nazis, ha
fallecido este sábado a los 103 años, según ha informado el Ayuntamiento de Els
Guiamets (Tarragona), localidad donde residía.
“Hoy
nos deja la luchadora antifascista e internacionalista Neus Català. En estos
tiempos oscuros que nos toca vivir, que su memoria nos sirva de ejemplo”, ha
resaltado el consistorio en su cuenta de Twitter.
·
Neus
Català i Pallejà, nacida el 6 de octubre de 1915 en Els Guiamets (Tarragona),
fue una activista antifascista, republicana y feminista, comprometida con la
memoria histórica tras sobrevivir a campos de exterminio nazi, a los que fue
deportada durante su exilio en Francia tras la Guerra Civil española, y
actualmente vivía en una residencia en su municipio natal.
Vivió varios años en
Rubí (Barcelona) y París (Francia), y colaboró en campañas de defensa de los
derechos humanos y la paz, dedicando más de 60 años de su vida a defender la
memoria de las 92.000 mujeres muertas en el campo de concentración de
Ravensbrück (Alemania), del que era la única superviviente catalana con vida.
Diplomada
en enfermería en 1937, Català formó parte de las Juventudes del Partido
Socialista Unificado de Catalunya (PSUC) y del sindicato UGT, y se trasladó a
Barcelona al empezar la Guerra Civil (1936); en 1939 cruzó la frontera francesa
con 182 niños huérfanos de la colonia Negrín de Premià de Dalt (Barcelona) que
estaban bajo su cuidado.
Desde
su exilio en Francia, colaboró con los maquis y se incorporó a la resistencia
francesa, centrándose en su casa en la recepción y la transmisión de mensajes,
armas y documentación.
En
1943 fue denunciada a los nazis, recluida y maltratada en la prisión de
Llemotges (Francia), y en 1944 fue deportada al campo de Ravensbrück y,
posteriormente, al de Flossenburg (Alemania) ―en concreto al subcampo checo
Holleschein―, y fue obligada a trabajar en la industria de armamento.
Militancia
política
Fue
liberada en mayo de 1945 por el Ejército Rojo, al fin de la II Guerra Mundial,
tras lo que volvió a Francia y continuó la lucha clandestina contra el
franquismo y mantuvo su militancia con el PSUC, el PCC, y posteriormente en
EUiA; también fue socia de honor y cofundadora de la Fundació Pere Ardiaca, y
fue presidenta de la Amical Ravensbrück desde su fundación en 2005.
A
finales de los años 60 empezó a recuperar la memoria histórica de las mujeres
de la resistencia y deportadas y a recopilar testimonios, que luego relató en
1984 en el libro ‘De la resistencia y la deportación: 50 testimonios de mujeres
españolas’.
Cruz de Sant Jordi y otros reconocimientos
Recibió
reconocimientos como la Creu de Sant Jordi (2005), la Medalla de Oro al Mérito
Cívico del Ayuntamiento de Barcelona (2014), la Medalla de Oro y la Medalla
centenaria de la Generalitat (2015) ―en el marco del Any Neus Català,
coincidiendo con el 70 aniversario de la liberación de los campos nazi―, el
Premio Alternativa 2006 de EUiA y el Premi Dignitat de la Comissió de la
Dignitat (2007), entre otros.
En
octubre de 2017, votó en el Referéndum sobre la independencia de Catalunya del
1-O, y también votó en las últimas elecciones autonómicas del 21 de diciembre.
Catalá
cerró la lista de ICV-EUiA en los comicios para la Alcaldía de Barcelona de
2007, con una candidatura encabezada por Imma Mayol, y acompañada en las
últimas posiciones de la fundadora de la Asociación de Mujeres del 36, Maria
Salvo —presa durante la dictadura de Francisco Franco y también superviviente
de campos de concentración—.
“Como
feminista, me alegro de que sea una mujer quien nos represente”, afirmó en la
presentación Català, y aseguró conservar la misma ilusión de cuando era joven.
Al
recibir el premio del Catalán del Año 2006, una emocionada Català dijo
recogerlo en nombre de las mujeres que lucharon por los derechos humanos y tuvo
un emotivo recuerdo para los presos en los campos de concentración de “la
bestia nazi”.
Memorias
En
2007 publicó el libro Testimoni d’una supervivent (Ediciones Primera
Plana), y en 2012, explicó sus memorias en el libro Cenizas en el cielo (Ara Llibres, Rocaeditorial),
novelado por Carme Martí, y que se adaptó al teatro en 2015 en una coproducción
del Festival Grec de Barcelona y la Sala Muntaner, protagonizada por Mercè
Arànega.
El
libro recoge episodios como su infancia en un pequeño pueblo, su juventud
interrumpida por la Guerra Civil, la rápida toma de conciencia social, la huida
a pie hacia la frontera francesa, su primer gran amor, los maquis, la
resistencia, y el giro radical que tomó su vida cuando las SS la encarcelaron y
la llevaron en tren hasta el campo de concentración.
Neus Català "Nunca me reí tanto como los 18 meses que pasé en el campo
de concentración"
La última
española superviviente de la 'solución final' nazi confesó hace unos años que
"el buen humor me mantuvo con vida en los campos de concentración".
14 abril, 2019
ElEspañol
David López Frías
Entrevisté a Neus Català en 2007 y de inmediato se
convirtió en uno de mis personajes favoritos de todos los tiempos. No sólo por
haber sido una superviviente dos campos de concentración nazis (Ravensbrück
y Holleischen), que también. Fue por su buen humor. Yo trabajaba en el Diari
de Terrassa y ella vivía en Rubí, el municipio de al lado. Le concedieron
el galardón de 'Catalana de l'any' a sus 92 años. Todos los medios importantes
de Cataluña se pusieron en contacto con ella para entrevistarla, pero decidió
hablar primero con nosotros, "porque éramos casi vecinos".
Llegué a media tarde con el fotógrafo, Nebridi Aróztegui, al pequeño
piso del barrio obrero de Les Torres de Rubí donde ella residía sola (a pesar
de su avanzada edad). Nos sorprendió la vitalidad de aquella mujer tan mayor.
Tuvimos que interrumpir varias veces la sesión de fotos y el inicio de la
entrevista porque no paraban de entrar llamadas a su teléfono fijo. Eran todos
medios de comunicación.
Ella, con mucho esfuerzo recorría todo el pasillo hasta llegar al
aparato, las atendía a todas y se excusaba por no poder concertar una
entrevista en ese momento, porque precisamente le estábamos haciendo una.
A la tercera o la cuarta interrupción, hizo una especie de gesto de hastío
abriendo las manos y mirando al cielo. "Estoy muy cansada",
nos dijo. "¿Por el trajín del premio de estos días?", le preguntamos.
Nos miró a los dos y con una media sonrisa nos soltó: "Qué va. Es que este
fin de semana he estado de juerga en El Perelló (Tarragona) y a mi edad
cuesta mucho recuperarse".
Los tres reímos la ocurrencia (que era rigurosamente cierta) y así seguimos
durante toda la entrevista. Esperábamos, dado lo crudo del tema, una
conversación dura y lacrimógena. Pero nos estuvimos riendo toda la tarde.
Hasta nos hicimos un par de fotos de broma con el premio de 'Catalana de
l'any', mientras el teléfono no cesaba de sonar. Me sorprendió su buen
humor constante en unos momentos en los que cualquiera se hubiese agobiado
bastante. Por el buen humor le pregunté y me respondió con una frase que jamás
se me olvidará: "El buen humor me mantuvo con vida en los campos de
concentración. Nunca me he reído tanto como en los 18 años que pasé aquel
infierno".
Con esa
secuencia empecé la entrevista que reproduzco aquí tal cual quedó. En efecto,
Neus Català se convirtió después de aquello en uno de los personajes favoritos
de todos los que he entrevistado en mi vida. Y ya no solamente por el humor. Me
sorprendió su tremenda personalidad cuando me confesó que ella, anticlerical y
republicana, hizo la comunión por su propia voluntad, porque el cura era muy
buena persona. Aprendí mucho en aquella charla.
Todas les
veces que nos vimos después nos volvimos a reír recordando aquella tarde. Hace
ya doce años, pero ni ha cambiado lo que Neus pensaba de su terrible experiencia,
ni está nunca de más recordarnos que una persona que pasó las peores penurias
durante casi dos años en un campo de concentración utilizó la risa como
salvavidas.
Buen viaje, Neus.
¿Cuál es el secreto para conservar ese buen humor, tras tantos años de
penurias?
Es parte de
mi carácter. El buen humor me mantuvo con vida en los campos de concentración.
Nunca me he reído tanto como durante los 18 meses que pasé en aquel infierno.
Era un sistema de autodefensa, una especie de cortina para resistir los
tormentos que sufría a diario. En realidad, un campo de concentración tiene muy
poco de cómico.
¿Qué se saca en positivo de una experiencia tan trágica?
Se vuelve
una más humana. Desarrollas el sentido de la solidaridad y consigues
reafirmarte en tus convicciones. Tus principios se hacen más fuertes. Quizás
por eso seguí en la resistencia tras la guerra, haciendo de enlace entre
Francia y España. Los nazis fueron derrotados en 1945, pero el fascismo
continuaba mandando en España y yo seguía trabajando en la clandestinidad.
Pasaba la frontera de noche, caminando, en coche, en tren, repartiendo
propaganda… Cualquier acción era buena para combatir y seguir en la lucha.
¿Y no se pasa miedo, tras una experiencia tan brutal en un campo de
concentración?
Se sobrelleva,
probablemente porque piensas que lo peor ya ha pasado. Las aberraciones
sufridas se superan, pero las convicciones morales, los principios, es algo que
siempre te queda. Además, yo había estado al borde de la muerte varias veces. A
mí me llegaron a condenar a muerte, pero la orden de ejecución no llegó a
tiempo desde Berlín.
Guerra en España, guerra en Francia, guerra en Alemania… Siempre ha estado
marcada por el estigma bélico.
Parece que
me perseguía. Siempre he ido unos metros por delante de la guerra (ríe).
Recuerdo que cuando salí de España en 1939 ejercía de responsable sanitaria en
un hospital para niños. La noche que cruzamos la frontera teníamos un mal
presentimiento. Tras marchar, los fascistas tardaron media hora en bombardear
el recinto. Siempre he vivido huyendo de la guerra y luchando.
¿Esa capacidad de lucha es innata o se adquiere?
Con eso se
tiene que nacer. A mí me viene de familia. De mi padre, que era republicano,
revolucionario y anticlerical. Todas esas convicciones las heredé yo. Pero...
¿sabe una cosa? Yo hice la comunión con 13 años y por mi propia voluntad.
¿Un paréntesis religioso en su vida?
Nada de eso.
Por el cura de mi pueblo, Els Guiamets (Tarragona), que era persona muy querida
por todos. Soy republicana, pero nunca estuve de acuerdo con que se matasen
sacerdotes. Había buenas personas. Como tampoco estoy de acuerdo con la
política que está llevando ahora Israel, con todo lo que pasó el pueblo judío en
su momento.
¿Cree que es el pueblo más oprimido de la historia?
Totalmente. Y
aunque la gente no lo recuerde, aquí en España también se mataron muchos judíos
en tiempos de la Inquisición. Una vez, en Francia, me negué a recoger un premio
que llevaba por nombre ‘Isabel la Católica’. No quiero distinciones con el
nombre de una reina sangrienta.
Hablando de premios, enhorabuena. Es usted “Catalana del Año 2007”.
Hay tantos
catalanes del año...Y sobre todo, tantas catalanas del año. Pero lo que no
puedo negar es que me ha hecho muchísima ilusión. Es un premio que vas
valorando a medida que pasan los días, porque te das cuenta de que no se trata
sólo de un reconocimiento a tu persona, sino de un homenaje a todos los
compañeros que lucharon por unos valores y que acabaron pagando con su vida.
La hija de Neus Català: “Se ha ido tranquila y cantando cantos
revolucionarios”
Amigos y autoridades políticas han
acudido al tanatorio de Móra d’Ebre para despedirse del icono antifascista
La
Vanguardia
Agencias
14/04/2019
La capilla ardiente de la luchadora
antifascista Neus Català, fallecida el sábado en su localidad natal de Els
Guiamets, recibe familiares, amigos y autoridades desde las diez de la mañana
de este domingo en el tanatorio de Móra d’Ebre (Tarragona). Su hija, Margarita
Català, ha explicado que murió tranquila y consciente hasta el último momento.
“He podido estar a su lado la última
semana, hablarle y hemos cantado canciones revolucionarias”, ha afirmado
emocionada. Català ha destacado que el mejor legado que su madre les ha dejado
son los valores y la educación, la de una mujer “luchadora”.
He podido estar a su lado la última
semana, hablarle y hemos cantado canciones revolucionarias”
Margarita Català
Está previsto que el funeral se celebre el
martes a las doce del mediodía en el tanatorio de Móra la
Nova, una ceremonia que será abierta y en la que se prevé que asista una amplia
representación del Govern de la Generalitat. A la capilla ardiente montada en
Móra d’Ebre acudirá este mediodía la consellera de Justicia, Ester Capella, de
la que depende el área de memoria histórica de la Generalitat, Familiares y
amigos le darán el últimos adiós en un acto más íntimo en el tanatorio de Móra
d’Ebre.
Neus Català, fallecida ayer los 103
años, era una de las últimas supervivientes españolas de los campos de
exterminio nazis y un símbolo de la resistencia contra el totalitarismo por su
entereza y capacidad de lucha ante las peores adversidades, además de una firme
defensora de los derechos de las mujeres. Su larga trayectoria personal y su
tenaz esfuerzo por la recuperación de la memoria histórica le hicieron
merecedora en los últimos años de numerosos homenajes y reconocimientos, como
la Creu de Sant Jordi, que le otorgó la Generalitat en 2005, la Medalla de Oro
al Mérito Cívico del Ayuntamiento de Barcelona, que recibió en 2014, y la
Medalla de Oro de la Generalitat, concedida en 2015. La lucha por la libertad,
contra el totalitarismo y por preservar la memoria de Neus Català fue
reconocida y elogiada ayer por los representantes políticos catalanes.
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