Franquismo
Accedemos a la causa militar contra
Ángel Santamaría
La ejecución 'sin causa' del tío abuelo de Pablo Iglesias
Miércoles, 10 abril 2019
Panadero, policía y comisario
político de Aviación, le condenaron a muerte por "rebelión". Y
quisieron endosarle un robo millonario. Por él se vio llorar a Iglesias en la
fosa común nº 115 de Paterna
ElMundo
La condena a
pena de muerte tiene fecha del 15 de julio de 1939. Hace tres meses que la
Guerra Civil ha acabado y que Franco y su rebelión contra la República han
vencido. El presidente del "consejo de guerra de urgencia" reunido en
Valencia, el coronel Manuel O'Felan
Correoso, firma la escueta sentencia. En virtud del Código de Justicia
Militar y Penal, Ángel Santamaría
Torremocha, madrileño de 32 años, panadero, ex policía, comisario
político en la Aviación republicana y con influencias en el PSOE, ha cometido
"un delito de adhesión a la rebelión", en la que ha participado de
forma "personal, directa y voluntaria", y por eso debe morir.
Cinco meses después,
antes de la Navidad en 1939, en el llamado Paredón
de España en Paterna (Valencia), Ángel
será fusilado.
La historia de Ángel
Santamaría sería otra más de tantas tragedias de la represión de la posguerra
si uno de sus descendientes no fuera quien es.
Ángel era el tío abuelo de Pablo Iglesias, hermano de su abuela
materna. Después de que el pasado martes el líder de Podemos asistiera
visiblemente emocionado con su madre, María Luisa Turrión, al
cementerio de Paterna donde se presume que yacen los restos de su familiar en
una fosa común, Crónica localiza la
causa militar con su nombre. Está en el Archivo Histórico del Ejército del
Aire, donde se encuentran las causas judiciales seguidas contra integrantes de
la Aviación republicana en la posguerra. La suya es la
Causa 1430.
Nos situamos en el
Madrid de inicios de la guerra, verano de 1936. Ángel Santamaría, con domicilio
en Puente de Vallecas, es el mayor de seis hermanos. De
oficio panadero, está involucrado en política. Desde los 24 es miembro
de las Juventudes Socialistas Unificadas y de la UGT. Y en marzo ha dado un
paso más afiliándose al PSOE, según figura en su declaración indagatoria.
Pablo Iglesias ha
contado, además, que su tío abuelo formaba parte de la
Motorizada, la escolta personal del socialista
Indalecio Prieto, un grupo que se vio envuelto en violentos altercados
con los protectores del también socialista
Largo Caballero, y al que pertenecía el hombre que en 1930 asesinó al
monárquico José Calvo Sotelo.
Pero sobre la actuación de Ángel como miembro de la
Motorizada se sabe poco. Sólo cabe preguntarse si fue en uno de esos
servicios cuando resultó herido de un disparo.
Herido de un disparo, y policía
Según aparece recogido
en su declaración indagatoria, al inicio de la guerra Ángel se encontraba en
Madrid impedido para luchar. Había sido "herido
por una escopeta de caza" desde una ventana en Cuenca, adonde
había acudido "con otros individuos del Partido en propaganda
electoral". Quedó convaleciente, con una herida en la parte izquierda del
cuello que aún sería visible tres años después.
Cuenca fue uno
de los lugares donde las cuestionadas elecciones de 1936 fueron repetidas, e
Indalecio Prieto pronunció allí dos días antes de los nuevos comicios, el 1 de
mayo, un famoso mitin en
el que confesó sentirse "cada vez más profundamente español" y abogó
por la moderación y la no violencia. Según una crónica periodística, aquel día
hubo altercados entre indalecistas y
derechistas. Quizá Ángel Santamaría fue herido allí.
El caso es que, cuando
Franco da el golpe de Estado, Ángel se mantiene "al margen de los
sucesos" ya que debe acudir todos los días al hospital para someterse a
unas curas. Así continúa un mes, hasta que el 16 de agosto se presenta voluntario al Batallón Pablo
Iglesias, que después pertenecería a la 49ª Brigada del Ejército de la
República, aunque, por estar aún herido, parece que no parte al frente. Un mes
después, en septiembre, abandona el batallón: se ha presentado voluntario para
entrar en la Policía y las "amistades que tenía con compañeros destacados
del Partido" le han conseguido el puesto. Durante medio año, hasta marzo
de 1937, ése será su nuevo trabajo: agente
en la comisaría del distrito Congreso de Madrid.
Hay quien estos días ha
acusado a Ángel de chequista' No puede
afirmarse; ni siquiera en el proceso judicial sin garantías al que fue sometido
figura testimonio alguno al respecto. Sólo puede decirse que el tío abuelo de
Pablo Iglesias fue policía de la República en los meses de plomo del Madrid de
la guerra, cuando la ciudad era un nido de registros, detenciones arbitrarias,
torturas y ejecuciones de los sospechosos de simpatizar con el bando
franquista. Según su relato, como agente sólo
"prestó servicios de vigilancia de día y de noche" y
"en los registros en los que intervino no encontró nunca de qué
incautarse".
Existe, no obstante, una grave acusación contra él en otro
expediente de la Causa General, aunque como ocurre con toda esta documentación
debe tomarse con mucha prudencia ya que fueron juicios sin garantías procesales
y, además, data de cuando Ángel ya está muerto. Se trata de la declaración como
testigo de otro panadero residente en Puente de Vallecas que delata a un grupo
de compañeros de filas y que, aun así, será fusilado. Su nombre era Gregorio
García Sánchez y, según se recoge en su declaración, contó que en el Puente de
Vallecas funcionaba un grupo de las Juventudes Socialistas Unificadas conocido
como Los Cinco Diablos, al
que imputó un asesinato: el del dueño de una panadería llamado Juan Cayón. Su hijo y él fueron
detenidos por el grupo juvenil, llevados a la Casa del Pueblo y asesinados el
mismo día, "a finales de julio o primeros de agosto de 1936".
"Los asesinos", según esta declaración, fueron cuatro de Los Cinco Diablos, además de "un tal Ángel Santamaría, que
avanzada la guerra fue comisario político de Aviación". El dato coincide
con la trayectoria de Ángel Santamaría Torremocha. Pero no constan pruebas.
COMANDANTE DE AVIACIÓN
De policía pasó pronto
a comisario político de la Aviación republicana (siempre "en
excedencia" de acudir al frente). El comisario político era la figura que
se dedicaba a vigilar que los miembros del Ejército obedecieran las consignas
ideológicas de la República. Empezó
en el aeródromo de Alcalá de Henares (de marzo de 1937 al mismo mes de
1938). Después le trasladaron al de Barajas. Su último destino, a partir de
junio de 1938, fue Valencia, donde
tampoco prestó servicios de vuelo, y donde el PSOE le ascendió a comandante.
Allí permaneció, según
el expediente, los últimos nueve meses de la guerra. Y allí le sorprendió el
final de la contienda. Según figura en las declaraciones de sus dos compañeros
de condena, comisarios políticos como él, entre los tres acordaron esperar en
Valencia "la llegada de las tropas nacionales y someterse". Ángel se entregó; podía haber huido,
pues tenía pasaporte, pero aseguró que carecía de medios económicos para
hacerlo. Un informe de la sección aérea de Levante, en cambio, dice que
"su actuación fue de carácter malísimo" porque en los estertores de
la guerra, Ángel "quemó" en una estufa "toda la
documentación" del Comisariado General del 2º Sector de la llamada
Aviación Roja. Otro informe añade que, mientras lo hacía,
"blasfemaba" contra el denominado Alzamiento.
La guerra
terminó y el panadero, policía y comandante fue apresado. En el proceso que se
siguió contra él se incluyeron informes que decían que era "confidente y chivato del SIM",
el Servicio de Información Militar de la República, que durante la guerra
vigilaba que no hubiera en las filas republicanas derechistas,
quintacolumnistas o poumistas.
Además, se le intentó
acusar torpemente de dos delitos de los que él renegó. Aparecen en un informe
del Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) procedente de Burgos. Por
un lado, se le relaciona con el
robo de un millón de pesetas en el convento de las carmelitas de la madrileña
calle Góngora, en agosto de 1936, para lo que se aporta la única
referencia de un breve en La Vanguardia según el cual el cabecilla del grupo
era un tal "señor Santamaría". Por otro, se le intenta endosar el
asesinato en Amurrio (Álava), en las mismas fechas, del fraile Vicente Cabanes, un crimen en el
que sólo consta que intervino "una persona llamada Santamaría".
Ángel negó ambas cosas
y, finalmente, el delito por el que los rebeldes lo condenaron fue,
paradójicamente, el de "rebelión". No sirvió el aval de un industrial de Vallecas que
intercedió por él asegurando que le había ayudado sacando a su hijo de la
cárcel de Alcalá de Henares. Tampoco la argumentación de su abogado defensor,
un militar que representaba también a sus dos compañeros, Antonio Guigot Suárez y Juan Agustín Fernández
Suárez: "La Defensa alega que si estaban afiliados a partidos
políticos era porque necesitaban trabajar. (...) Que al ir al frente rojo iban
con la ilusión que las engañosas teorías marxistas producían en la mente de los
pocos años y volvieron de él completamente desilusionados de aquellas ideas
(...), por lo que después procuraban por todos los medios el buscarse lo que
vulgarmente se llama enchufe. (...)". Y que sus cargos eran, en la rama de
Aviación, de carácter puramente "administrativo". Uno de sus
compañeros pidió "un puesto en la España Nacional". Ángel Santamaría
no. En su turno de palabra sólo insistió en una cosa: él en Bilbao (por
Amurrio) no había estado nunca.
EN LA FOSA 115
El 19 de diciembre de
1939, los tres fueron fusilados junto a otras 57 personas en el muro que hay a
medio kilómetro del cementerio de Paterna, en el que aún se aprecian impactos
de bala. Así lo afirma el historiador Vicent Gabarda, que ha elaborado un
listado con los 2.238 fusilados en los primeros años de la dictadura cuyos
restos sitúa en el cementerio de Paterna.
En la nómina, Ángel y sus dos compañeros figuran en la fosa número 115, en el
patio principal del cementerio. En esta fosa -con una superficie de unos dos
metros cuadrados Y cuya profundidad se desconoce- se cree que se encuentran los
restos de 157 presos fusilados en tres sacas
distintas. Ángel pertenecería a la más antigua, de modo que sus huesos estarían
en el fondo del agujero.
Allí se estima que lo
tiraron después de sacarlo de la cárcel -en la causa militar figura en la
Modelo de Valencia- y de fusilarlo en el muro cercano al cementerio. El registro del camposanto tiene las páginas de
esos años arrancadas, cuenta el historiador, que sí ha accedido al
registro de defunciones de Paterna. En el acta de Ángel, fechada el 20 de
diciembre, pone que falleció un día antes. El campo para escribir la razón de
la muerte está en blanco.
"Recuerdo que en
mi casa su fotografía" con "la boina roja" de la República
"estaba en un lugar muy visible", contó Pablo Iglesias en Paterna.
"Mi abuela y mi tía, que me criaron junto a mi madre, siempre me hablaron
de él, de Ángel Santamaría, un joven socialista, panadero, que poco antes de
perder la guerra le decía a mi tía Ángeles: "Aunque todo se pierda,
siempre nos quedarán los jardines de Atocha". (...) Mi tía Ángeles me
contó que vio salir de la cárcel el camión en el que los trasladaban hacia el
paredón. Iban esposados y fieros dando vivas a la República. Mi tío vio a su hermana y pudo dejar caer del
camión, aún esposado, su gorra. Mi tía la recogió. Fue la última vez
que le vio con vida. (...) Las hermanas de mi tío murieron sin poder hacer el viaje
que hacemos hoy mi madre y yo. No pudieron enterrar los restos de su hermano
junto a sus padres". En las imágenes del acto se le vio llorando.
A raíz de esas
imágenes, otro pariente de Ángel Santamaría habló públicamente. Se trata de Ángel T. S., quien dice ser bisnieto
del panadero. Su abuelo materno era hijo del panadero, precisa a Crónica. En Twitter, Ángel mostró su enfado
con Iglesias: "En paz después de 80 años, pero triste al ver que a mi
bisabuelo se le usa delante de las cámaras con unas elecciones por delante y
lágrimas de cocodrilo. Muy triste; él nunca lo habría visto bien. Intimidad y
familia, sin cámaras, Pablo".
"María Luisa [la
madre de Iglesias] lleva en esto desde hace dos años, pero se ha mantenido en
secreto hasta ahora", cuenta Miguel Mezquida, arqueólogo y director del
equipo científico de la asociación ArqueoAntro que está actuando en Paterna.
Esta semana han iniciado la excavación y exhumación de la fosa de Ángel
Santamaría gracias al impulso de la Asociación
de Familiares de la Fosa 115, en la que participa María Luisa Turrión,
y a una subvención de la Diputación de Valencia.
Miguel Navarro, portavoz
de la asociación de familias, explica que los parientes de los fusilados en
Paterna se han sumado a la causa por crímenes de lesa humanidad que instruye la
Justicia argentina. También han planteado 12
querellas en los juzgados de Paterna para que los delitos de sus
parientes sean anulados. "No queremos indemnizaciones, ni odio, ni
revanchas", dice Navarro. "Sólo que nos dejen sacar los restos de
nuestros familiares de la fosa".
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