Lo que Pablo Casado no ha contado a Bertín de
su abuelo
Salió de la cárcel dos años después de ser condenado, en 1956 borraron sus
antecedentes y acabó integrado entre la clase dirigente del franquismo
José María Garrido Viernes, 5 de abril de 2019
ElPlural
El líder del Partido Popular,
Pablo Casado, lleva años escudándose en su abuelo materno para propagar
sus tesis ultraconservadoras o justificar sus salidas de tono.
Este viernes ha vuelto a
recordar la historia de su abuelo con Bertín Obsborne en el programa especial
de 'Mi casa es la tuya' (Telecinco). En concreto, Casado ha
resaltado que su abuelo fue republicano y encarcelado por Franco. Es la
misma estrategia que en su día ya usó el dirigente del Partido Popular para
intentar compensar unas declaraciones que había realizado contra la izquierda.
“Mi abuelo fue una
víctima del franquismo -dijo el reluciente líder de la dirección nacional del
PP- y lo vivimos en nuestras propias carnes, vamos. Mi absoluto respeto y
admiración. Mi abuelo estuvo condenado a 30 años de cárcel, y gracias a dios lo
pudo contar, pero podía no haberlo contado...", afirmó casado en junio de
2015 después de que le reprocharan sus palabras sobre la memoria histórica:
"La inmensa mayoría de jóvenes españoles son del PP y aún no lo saben...
En pleno siglo XXI no puede estar de moda ser de izquierdas. Son unos carcas.
Están todo el día con la guerra del abuelo, con las fosas de no sé
quién...".
La historia del abuelo
Tal y como informó ElPlural.com,
el abuelo que Casado ha sacado del anonimato de la memoria se
llamaba Herman Blanco Ramos. Según los datos que obran en la
Fundación Pablo Iglesias, Blanco Ramos se hizo militante de UGT en la
República y que fue detenido en Palencia, su ciudad, poco después de
que las tropas sublevadas iniciaran la Guerra Civil. Condenado a 30 años, como
médico que era, fue destinado a la clínica de prisión. Pero, afortunadamente,
lejos de acabar en una cuneta como dijo su nieto para defenderse de sus propias
palabras en un mitin, muy pronto salió de prisión, ya en 1941, cuando
había cumplido dos años y medio de los 30 de condena. Muy lejos su
situación de los que sí acabaron en una cuneta.
La vida del abuelo
materno de Pablo Casado no volvió a sufrir penalidades políticas, como sí
siguieron pasando las familias de cientos de miles de esos otros que sí seguían
en la cárcel o habían sido fusilados. Al salir de la cárcel, ya se ve,
no se le opuso por parte del régimen de la Dictadura problema alguno para
montar una clínica en Palencia.
En 1956 se
borraron sus antecedentes. Y en 1961, en el ABC ya aparecía sin ningún problema,
integrado y destacado entre la clase dirigente del régimen que asistía a bodas de las que se hacen reseñas y se
publican en los periódicos. En su caso, nada menos que a una en la
que los principales testigos eran dirigentes falangistas tan significados como
como Raimundo Fernández Cuesta (lo seguiría siendo durante la transición), Juan
Antonio Ruíz de Alda o Epifanio Ridruejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario